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Bimedica.
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El origen del vestuario quirúrgico

hospitales
25.02.2019

El quirófano es uno de los servicios del hospital que presenta mayor dificultad para los profesionales, tanto por la complejidad de las tareas que realizan como por los riesgos laborales a los que están expuestos. En este espacio sólo puede entrar el personal sanitario cualificado para poder efectuar las intervenciones quirúrgicas, y los pacientes. Ambos tienen que usar una indumentaria especial para el mantenimiento de áreas asépticas y evitar así posibles infecciones. Para ello, existen normativas y protocolos de medidas de prevención para prevenirlas/impedirlas, ya que podrían ocasionar un compromiso importante para su salud personal y laboral.

El quirófano es uno de los servicios del hospital que presenta mayor dificultad para los profesionales, tanto por la complejidad de las tareas que realizan como por los riesgos laborales a los que están expuestos. En este espacio sólo puede entrar el personal sanitario cualificado para poder efectuar las intervenciones quirúrgicas, y los pacientes. Ambos tienen que usar una indumentaria especial para el mantenimiento de áreas asépticas y evitar así posibles infecciones. Para ello, existen normativas y protocolos de medidas de prevención para prevenirlas/impedirlas, ya que podrían ocasionar un compromiso importante para su salud personal y laboral.

Pero veamos cuál es el origen y la historia de todo esto…

El tipo de vestimenta para quirófano como un complemento de la asepsia sale paralelamente al inicio de las técnicas asépticas y estériles de la segunda mitad del siglo XIX. Muchos cirujanos de aquella época realizaban las intervenciones quirúrgicas vestidos con delantales manchados de sangre y ropa de calle debajo, a pesar de que se conocía la teoría de los gérmenes.

Aparecen algunas recomendaciones para las enfermeras como ducharse antes de cada intervención, además llevar manga larga y un delantal limpio durante el procedimiento quirúrgico. Aun se siguen recomendando las mangas largas para los anestesistas y enfermeros circulantes, para reducir la difusión de microorganismos y protegerles del contacto con líquidos corporales.

Los gorros y batas estériles se utilizaron por primera vez en Alemania, cuando los principios de la anestesia quirúrgica del cirujano inglés Joseph Lister (1827-1912) todavía eran motivo de debate. Algunos quirófanos usaban trajes de lana portadores de bacterias y causantes de infecciones.

De ahí que se empezaran a plantear algunos cambios en la limpieza personal hasta llegar a una indumentaria quirúrgica especial. En Los primeros retratos que se tienen del personal quirúrgico se ve al cirujano con una bata, gorro, guantes y una máscara por debajo de la nariz; la enfermera instrumentista llevaba una bata y un gorro, pero no una máscara, y el anestesista y las demás enfermeras llevaban bata con los gorros normales. El uso de los guantes no se popularizó hasta 1890, cuando una enfermera instrumentista se quejó de dermatitis. Se le diseñaron guantes de goma con manoplas par que no se le irritaran las manos. Posteriormente uno de los cirujanos empezó a usarlos de forma rutinaria en las intervenciones desde 1859. No fue hasta 1958 cuando aparecieron los guantes de látex, que constituyeron una innovación muy bien recibida, pues ahorraron innumerables horas diarias de procesado, reparación y esterilización de guantes.

En 1897 Mikulicz, un cirujano rumano lucha por el uso de mascarillas de gasa cuando demuestra la teoría de la infección por gotas. Sin embargo, fueron obligatorias hasta 1926, cuando en heridas infectadas se encuentran los mismos microorganismos que había en las narices y gargantas de cirujanos y enfermeras.

En 1950, cuando las normas de seguridad se hicieron más estrictas, se exigió que el personal de quirófano se cambiara los zapatos al entrar en el quirófano, y que sólo los llevase mientras estuviera en la sala.

Y es en los años 80 cuando empezó a usarse la ropa desechable con el objetivo de evitar infecciones quirúrgicas.