Las úlceras por presión (UPP) constituyen uno de los problemas de salud más comunes que afecta a todos los sistemas sanitarios desarrollados. En España, tienen un considerable impacto epidemiológico, tanto por su prevalencia, ya que los datos del año 2005 estiman en 8,91% en hospitales y 9,11% en centros de Atención Primaria, como por su mortalidad.
La valoración del riesgo que tiene un paciente para desarrollar UPP es un aspecto clave en la prevención. La identificación del riesgo es lo que nos va a dirigir al método de acción o tratamiento para evitar su aparición. También debemos conocer el entorno del paciente y a su cuidador principal para proporcionarle los conocimientos y recomendaciones necesarias.
Es frecuente basar nuestra actuación en la experiencia acumulada con los años, pero sin estar validada de forma científica. Existen algunas guías de práctica clínica que consideran como fundamental el juicio clínico de las enfermeras. En el caso de no existir experiencia en el manejo de las UPP, hay descritas en la literatura hasta 22 escalas de valoración del riesgo (EVRUPP), y el número sigue creciendo pues se continúan desarrollando y proponiendo nuevas escalas.
Una UPP es una lesión de la piel y/o tejido subyacente que se localiza generalmente sobre una prominencia ósea producida por la acción combinada de factores extrínsecos, entre los que están las fuerzas de presión, fricción y cizallamiento, siendo determinante la relación presión-tiempo.
Para una valoración adecuada del paciente, es importante tener en cuenta estas recomendaciones generales:
Posteriormente este riesgo debe ser revalorado a intervalos periódicos y cuando se produzca algún cambio en el nivel de actividad o movilidad.
En el momento de planificar los cuidados de prevención, se tendrán en cuenta aquellas circunstancias especiales que aumentan la vulnerabilidad de los pacientes desde su ingreso en el hospital.